Un improvisado altar con velas, ramos de flores y juguetes señala el lugar exacto donde fue hallado el cuerpo de la pequeña Asunta, que hoy habría cumplido 13 años. Vecinos y personas anónimas rinden así homenaje a la niña en la pista forestal del municipio coruñés de Teo donde fue depositado su cadáver.

El cuerpo de Asunta, que vestía un chándal, se encontró recostado sobre el árbol, con las manos recogidas en la parte delantera de su cuerpo. El cuidado con el que se dejó el cadáver en un sitio fácil de localizar es precisamente una de las pistas que indican que quien la mató, o al menos quien abandonó su cuerpo allí, quería a la pequeña y pertenece a su entorno más próximo. "No tiraron el cuerpo en una cuneta, lo dejaron casi con delicadeza, y eso apunta a su entorno", explican algunos expertos consultados.

Un tigre de peluche, dos angelitos, un molinillo de viento, velas y dos ramos de flores blancas fueron depositados ayer en el lugar exacto en el que dos vecinos de la zona encontraron el cuerpo sin vida de la niña en la madrugada del domingo de la semana pasada.

Numerosos curiosos se aceraron ayer a la pista forestal donde se rinde homenaje a la niña, que discurre de forma paralela a la carretera AC-841, a unos nueve kilómetros de Santiago.