"Ha de considerarse que los indicios apuntan firmemente a que el fallecimiento de Asunta se produjo en una sucesión de actos, alguno de los cuales, indiciariamente, se pueden imputar a Alfonso", razona el juez instructor, concretando así que Basterra estaba con Asunta "en dos incidentes anteriores en los que la menor sufrió también presuntas ingestas de fármacos". Estos episodios habrían sido los que narraron las profesores de música de la pequeña, que la notaron el pasado julio indispuesta y con signos de estar sedada.

El último episodio de sedación se habría producido con ambos progenitores presentes. Este momento pudo coincidir con la hora de la comida del día en que desapareció Asunta, el 21 de septiembre, cuando los tres estuvieron en casa de Basterra, aunque tal circunstancia no se matiza. En el caso de la madre, el juez apunta otro indicio clave. "A la hora en la que presuntamente se produjo el fallecimiento atendiendo al contenido gástrico, también todo apunta a que (la menor) estaba con la imputada", razona en el auto. La autopsia fijó la muerte en torno a las 9 de la noche de ese día 21. Los investigadores sitúan el escenario en el chalé familiar de Teo, cerca de la pista donde de madrugada se halló el cadáver.

Los dos autos de prisión notificados ahora a los abogados, que recurrieron pidiendo la libertad de los padres, no son nuevos, sino una copia del que se entregó al fiscal el día en el que declararon los imputados, aunque al principio Taín decidió notificar solo la parte dispositiva y ahora hizo entrega de estas providencias en su totalidad.

Los padres habían justificado a las profesoras los anteriores estados de somnolencia y aturdimiento de Asunta por un fuerte tratamiento para su alergia. Pero la pediatra de la niña declaró al juez que ésta no padece alergia.

Ayer, Rosario Porto y Alfonso Basterra fueron trasladados desde prisión a Santiago para una reconstrucción de los hechos, pero se negaron a participar en ésta y otras diligencias mientras continúe el secreto sumarial. Los análisis toxicológicos detectaron en Asunta dosis extremas de Lorazepam, un tranquilizante que suele comercializarse bajo marcas como Orfidal o Idalprem, fármacos que se emplean para tratar estados de ansiedad o trastornos del sueño, y obligatoriamente bajo prescripción médica.

Para el juez la presunta participación de Rosario Porto en la muerte de su hija es "clara". Por ello, en el auto de prisión provisional de esta mujer -y también en el de su exmarido- el magistrado califica esta medida de "necesaria, adecuada y proporcionada", sin que exista otra "igualmente eficaz". Uno de los criterios por los que justifica la decisión es el de riesgo de fuga. "Las gravísimas penas a las que se enfrenta y el enorme rechazo social que el hecho ha producido podría inducir a la imputada a fugarse, disponiendo para ello de importantes medios económicos y contactos con otro país", argumenta en el caso de la mujer, en probable alusión a Marruecos, a donde viajaba por negocios. También ve riesgo de fuga en Basterra porque carece "prácticamente de arraigo en esta localidad (Santiago), salvo de alguna amistad".

Evitar la alteración o destrucción de pruebas es otra de las razones que mantiene a los padres de Asunta en la cárcel. Taín sostiene que "del mismo modo" que Rosario "groseramente ha cambiado su versión" de si la niña había ido o no el sábado 21 de septiembre a la casa de Teo, "podría intentar cambiar todas las explicaciones ofrecidas en sus incongruencias". También ante esta circunstancia, y dado que los testimonios de amigos y allegados de la expareja "son importantes", la "manipulación de pequeños matices" podría ofrecerles coartada a ambos. Situación a la que se une que aún "podrían existir indicios que por ahora se desconocen" y que podrían destruir. Las "filtraciones que desgraciadamente se están produciendo" también podrían ayudar a los imputados a "modificar versiones o crear pruebas". El fiscal había solicitado prisión para ambos. El juez califica de "brillantes" los argumentos del Ministerio Público.