Los restos biológicos hallados en la ropa que vestía Asunta Basterra, la niña de 12 años que apareció muerta en una pista forestal del municipio santiagués de Teo hace dos semanas y cuyos padres, Rosario Porto y Alfonso Basterra, permanecen en prisión provisional en la cárcel de Teixeiro por presunto homicidio o asesinato de su hija, pueden aportar nuevos pruebas para esclarecer el crimen.

En la camiseta de la pequeña se han hallado fluidos cuyo componente se analiza y que podría corresponder a sudor, saliva o incluso semen; extremo que se determinará en los próximos días. Aunque está pendiente de conocerse el tipo de sustancia que impregnó la ropa de la pequeña, los investigadores tienen ya el perfil de ADN de la persona a la que corresponde, si bien no estaría identificada todavía.

En principio el hecho de que fuera semen no sería excesivamente relevante para la investigación ya que la autopsia descartó una posible agresión sexual y podría obedecer a una transferencia accidental del lugar donde se depositó el cuerpo. No obstante se investigarán todas las posibilidades, incluido si alguien pudo dejarla como pista falsa o alguna persona más tocó el cadáver de la pequeña.

El Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil confía en tener en un plazo de dos o tres días las conclusiones respecto de los flujos localizados en la ropa de la víctima y en otros escenarios relacionados con el crimen. De momento, según confirmó ayer el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) "se desconoce el origen de estos restos". Y es que una vez contrastados los primeros análisis recibidos por el Juzgado de Instrucción 2 de Santiago de Compostela, se comprobó "que los resultados no eran concluyentes", según la información facilitada por el TSXG "para aclarar" algunas informaciones publicadas ayer en sentido contrario y "siempre dentro de las limitaciones que supone el hecho de que la causa esté declarada secreta".

Como es habitual en todos los homicidios, la ropa que vestía la víctima -incluidos zapatos- y los vestigios hallados a su alrededor han sido enviados al laboratorio de ADN de Madrid en busca de nuevas pistas. Muchos de los testigos que visitaban los domicilios de los padres de Asunta, así como quienes transitaban por el lugar donde apareció el cadáver de la niña, incluidos los agentes que acudieron a la pista forestal de Teo y a los registros domiciliarios, han facilitado ya su ADN para poder descartarlos.

Entre las pruebas periciales que ya tiene en sus manos el juez instructor, José Antonio Vázquez Taín, figura la de las trazas de la cuerda naranja hallado en el lugar donde se encontró el cuerpo de Asunta, que fue sedada y maniatada antes de morir por asfixia. El primer análisis sobre su formación molecular ya apuntaba que se correspondía con el de la bobina hallada en la vivienda familiar de Rosario Porto en el municipio de Teo, a unos 5 kilómetros de donde apareció muerta Asunta. También se ahonda en las imágenes de las cámaras de Tráfico de Santiago, que habían captado a madre e hija juntas en el coche camino de Teo cuando según Rosario Porto había dejado a la niña haciendo los deberes en su casa. Entre las pruebas cuyos resultados se trabaja figuran el rastreo de los teléfonos móviles y las marcas de rodaduras de vehículos en la pista forestal.