Un mes después del crimen de la pequeña Asunta, sus cenizas han sido recogidas por el abogado de su madre en la funeraria compostelana donde permanecían desde el día de su incineración. Sus padres, el periodista Alfonso Basterra y la abogada compostelana Rosario Porto, están en prisión provisional imputados por el asesinato de la pequeña de 12 años. La madre de la niña es quien ha reclamado los restos a través de una tercera persona, una mujer cuya identidad no ha trascendido por expreso deseo suyo.

El abogado de Rosario Porto, el penalista coruñés José Luis Gutiérrez Aranguren, acompañó ayer por la mañana a esta mujer a la funeraria para retirar las cenizas de Asunta. Tras presentar un poder notarial con la autorización correspondiente recogieron la urna y el responsable de la empresa notificó por escrito la entrega al magistrado del Juzgado de Instrucción número 2 de Santiago, José Antonio Vázquez Taín, que coordina la investigación.

La niña, cuyo cadáver apareció en una pista forestal del municipio coruñés de Teo el pasado 22 de septiembre, fue incinerada dos días después. Nada más terminar la cremación, efectivos de la Guardia Civil procedieron a la detención de su madre al salir de las instalaciones, por lo que su padre acudió solo al funeral celebrado aquella misma tarde. A la mañana siguiente, Basterra fue citado como imputado y tras el registro de la finca familiar de Teo, también detenido.

Durante varias semanas y con sus padres en prisión nadie reclamó las cenizas, hasta que ayer el abogado de Rosario Porto se hizo cargo de ellas con un poder notarial de su cliente. Tampoco se ha facilitado información sobre dónde reposarán ahora los restos de Asunta, si bien alguna fuentes apuntan que fue su madrina quien los recogió.

Los análisis toxicológicos revelaron que Asunta ingirió - "de forma forzada", según el auto de prisión provisional de sus padres-, una dosis letal de lorazepán la tarde en que falleció. Todo apunta a que la ingesta masiva de ansiolíticos se produjo en la comida que realizó aquel día con sus padres, si bien no se descarta que se le suministrasen otras dosis por la tarde. El Juzgado de Instrucción 2 de Santiago, que mantiene el secreto de sumario a la espera de que concluya la investigación, sigue recibiendo informes periciales y toxicológicos.