Los investigadores que trabajan en la causa abierta por el crimen de la niña Asunta Basterra Porto buscan a una tercera persona, que sería la que depositaría el cadáver en la pista forestal de Teo (A Coruña) en la que apareció pero no quien la mató.

La línea de trabajo se centra en que el cuerpo sin vida de la menor apareció a las 1.15 horas del domingo 22 y no pudo ser depositado antes de las 22.31 del día 21 del mes pasado cuando sus padres cursaron la denuncia de desaparición.

Los investigadores consideran que si el cuerpo estuviese sobre ese talud antes de las 22:31 hubiese sido hallado a una hora más temprana y no las 1.15.

Según los expertos, el índice de posibilidad de que hubiese participado un tercer elemento junto a los padres, Alfonso y Rosario, es del 80% y va en aumento.

Ese tercer participante mantendría algún tipo de relación con los padres de Asunta, que actualmente se encuentran en la prisión de Teixeiro. Su identificación va a ser laboriosa aunque "se logrará", indican las fuentes de la investigación consultadas, que no descartan que los rastros biológicos hallados por la Guardia Civil en la camiseta de la niña, entre ellos semen, pudieran pertenecer a esa persona.

La acusación que pesa sobre Rosario Porto y Alfonso Basterra, los únicos imputados, que han negado los hechos, se ha elevado de homicidio a asesinato y en el endurecimiento de la calificación han pesado las pruebas forenses -sangre, gástricas y de pelo- al revelar que Asunta era sedada con Lorazepam, un ansiolítico cuyo registro más alto corresponde al día 21, jornada en la que murió la pequeña.

En los respectivos autos de prisión, recurridos infructuosamente, el magistrado, que alude a la "brillante" exposición del fiscal asignado al caso, Jorge Fernández de Aránguiz, ve "clara" la presunta participación de la abogada Rosario Porto en la muerte, y en el caso del periodista Alfonso Basterra introduce un matiz.

"Ha de considerarse que los indicios apuntan firmemente a que el fallecimiento de Asunta se produjo en una sucesión de actos, algunos de los cuales, indiciariamente, se pueden imputar a Alfonso", razona el juez José Antonio Vázquez Taín, quien añade que Basterra estaba "con Asunta en dos incidentes anteriores en los que la menor sufrió también presuntas ingestas de fármacos".

La autopsia, todavía pendiente de redacción definitiva y firma, estimaría que la dosis de lorazepam hallada en el cuerpo de Asunta (0,68 microgramos por mililitro de sangre) es bastante como para causar la muerte a alguien de su peso (42 kilogramos), del género femenino y raza asiática.