Alfonso Basterra y su exmujer Charo Porto administraron ansiolíticos a Asunta al menos durante tres meses antes de la muerte de la niña, según el informe toxicológico que obra en la causa judicial.

El auto de Vázquez Taín recoge que varias personas del entorno de la pequeña manifestaron en sede judicial que Basterra "aprovechó" varias ocasiones que Asunta pernoctó en su domicilio "para drogarla con altas dosis de Orfidal", mientras que la propia madre de la niña declaró ante el juez que Alfonso tenía Orfidal en su domicilio y le acusó de haber intoxicado a Asunta al menos en una ocasión con unos "polvos blancos". El juez apunta que una vez informado Alfonso de tales manifestaciones, éste desmintió a su exmujer "aunque no ha explicado" qué eran los polvos blancos.

La instrucción del caso ha permitido demostrar que Asunta sufrió varios episodios de sedación anteriores al día de su muerte. A tenor del resultado de la autopsia, el magistrado sostiene que "fue él quien suministró a la menor una dosis tóxica de Orfidal" el día de su muerte, el día 21 del pasado mes septiembre "al igual que había efectuado los episodios anteriores".

Pese al secreto de las diligencias, el instructor asegura que Alfonso Basterra también es "perfecto conocedor de los hechos que se le imputan". Vázquez Taín sostiene que ambos han optado por guardar silencio como estrategia de defensa hasta ser conocedores de todo el contenido de la causa "para no volver a entrar en contradicciones palmarias con pruebas objetivas, como ocurrió con el lugar y la hora en que vieron por última vez a la menor". En este sentido recuerda que Alfonso Basterra corroboró la versión de su exmujer de que la niña se había quedado estudiando en el piso de Santiago mientras ella iba a la finca de Teo "hasta que, conocedor de la existencia de grabaciones que la contradecían, comenzó a afirmar que no le había preguntado a su esposa donde había quedado la menor".

Taín expone que dado que ambos imputados han manifestado que no colaborarán con la instrucción en tanto se mantenga el secreto, se hace preciso levantarlo cuanto antes "por si los imputados desean o no colaborar en el esclarecimiento del presunto asesinato de su hija Asunta, y con dicha colaboración si es posible arrojar alguna explicación lógica a los, repito, numerosos indicios sospechosos".

Las "gravísimas" filtraciones del procedimiento y la "inaudita" presión mediática, llevan a Taín a adoptar medidas para evitar que el sumario, las fotos de la niña muerta o testificales que afectan a la intimidad de las personas puedan llegar a las cadenas de televisión. Por eso las copias entregadas a cada parte llevan marcas de agua distintas para su identificación. "Por mucho que se acuse a este instructor de ser el filtrador de las noticias publicadas, me he esforzado personalmente en tratar de evitarlas. Con las marcas de agua se podrá identificar al autor de las filtraciones por si alguno de los imputados desea interponer las correspondientes acciones legales", apunta en el auto.