El matrimonio fallecido el sábado por una intoxicación alimentaria en Alcalá de Guadaíra (Sevilla) se levantaba cada día a las siete de la mañana y salía a las calles para, con la ayuda de una pequeña furgoneta, recoger cartones, cajas de plástico y ropa vieja a fin de obtener algún dinero con su venta. Esa actividad la mantenían hasta última hora de la tarde y algunos sábados, según los testimonios de sus vecinos.

Además la pareja, una de cuyas hijas, de 14 años, también murió, y la otra, de 13, se encuentra ingresada en un hospital de Sevilla y evoluciona favorablemente, también aceptaba donaciones de locales comerciales que les proporcionaban alimentos caducados o a punto de caducar. El piso en el que residían estaba embargado por una entidad bancaria desde hace años.