Rosario Porto, la madre de la pequeña Asunta, imputada junto a su exmarido Alfonso Basterra por el asesinato de la pequeña ocurrido el pasado 21 de septiembre, vuelve a la abogacía para defenderse en la causa del crimen de su hija. Porto mantiene a su actual letrado defensor, el penalista coruñés José Luis Gutiérrez Aranguren, pero ha solicitado personarse como coabogada de este.

La madre de Asunta cerró hace unos dos años el despacho de abogados que tenía en la céntrica calle de Montero Ríos en Santiago. Hija de un reputado letrado compostelano, abandonó la profesión tras la repentina muerte de sus padres, que fallecieron con apenas 7 meses de diferencia, y se dedicó al asesoramiento de intereses empresariales, fundamentalmente en Marruecos.

Rosario Porto nunca ejerció como penalista, pero desde que ingresó en el centro penitenciario de Teixeiro ayuda en asuntos legales a algunas presas y ahora está dispuesta a tomar parte activa en su propia defensa como letrada. José Luis Gutiérrez Aranguren seguirá dirigiendo su defensa, pero a partir de ahora Rosario Porto se sentará a su lado, excepto cuando sea su turno de declarar como imputada o como acusada cuando se celebre el juicio.

En su condición de letrada, lucirá toga y compartirá estrado con los abogados de las partes personadas. Así, llegada la vista oral se enfrentará al jurado sentada con el resto de abogados y no tendrá que compartir el banquillo de los acusados con el otro imputado, su exmarido Alfonso Basterra, excepto en el momento de su propio interrogatorio, para lo que tendrá que quitarse la toga.

Una vez que Rosario Porto esté personada como coabogada de su defensa, podrá interrogar a su exmarido, a los testigos y a los peritos de los informes que obran en la instrucción de la causa y de los investigadores del crimen de su hija, cuyas pesquisas la han llevado a prisión provisional con su exmarido como principales sospechosos de la muerte de Asunta e imputados por un presunto delito de asesinato.

Las pruebas de toxicología, la autopsia y otros indicios demuestran que Asunta Basterra, de 12 años y cuyo cuerpo apareció en la cuneta de una pista forestal de Teo la madrugada del pasado 22 de septiembre, fue drogada con una dosis tóxica de Orfidal y finalmente asfixiada. El análisis del pelo de la menor apunta que no era la primera vez que la sedaban con dicho fármaco, sino que era algo casi habitual en sus últimos tres meses de vida.

En el auto de ingreso en prisión, el magistrado de la causa, José Antonio Vázquez Taín, sostiene que Alfonso Basterra habría drogado a la niña en su casa durante la comida que compartieron aquel día Asunta y sus padres, mientras que Rosario Porto la habría asfixiado cuando la pequeña tenía ya vencida su voluntad por el fármaco en la casa familiar de Teo, a solo 5 kilómetros de donde apareció su cuerpo.

Rosario Porto ha defendido desde el principio su inocencia, si bien los indicios que baraja el juez la sitúan con su hija tanto a la hora de la ingesta del medicamento en casa de Basterra, como a la hora de su muerte, entre las 19.00 y las 20.00 horas. Ahora, bajo la toga, la madre de Asunta se ocupará de su propia defensa.