Las mareas vivas del pasado fin de semana en el litoral de Bueu dejaron una sorpresa inesperada y macabra. La Brigada de Obras del Ayuntamiento encontró a primera hora de la mañana de ayer los restos de un cuerpo enterrado en la duna de la playa Portomaior cuando intentaban localizar una tubería que discurre por el arenal. Las primeras hipótesis apuntan a que se podría tratar del esqueleto de un varón, que apareció prácticamente entero y en el que solo falta el cráneo, y que llevaría enterrado entre cinco y veinte años. Los restos fueron ya trasladados al Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) en Verín, donde el antropólogo forense continuará con las investigaciones.

El hallazgo fue casual y probablemente no se produciría si no fuese por el temporal y las mareas vivas del fin de semana, que barrieron y desplazaron buena parte de la superficie de la duna. Los restos estaban enterrados muy cerca de la pasarela de madera de acceso.

La brigada municipal estaba trabajando para localizar una tubería enterrada y desatascarla, pero excavando se encontraron los huesos de una pierna y parte de una pelvis. Los operarios llegaron a dejar a la vista lo que parecía el tronco de una persona, momento en el que avisaron a la Policía Local y Guardia Civil. Poco después de 10.00 horas el entorno quedó acordonado a la espera de los forenses, Policía Judicial y de la titular del Juzgado número 1 de Marín. Los trabajos permitieron descubrir otras partes, pero no el cráneo y hoy mismo está previsto que continúe la búsqueda.

Los forenses tratarán de localizar indicios de heridas por arma blanca o de fuego. La identificación dependerá de si logran extraer ADN y de si figura en las bases de datos de personas desaparecidas.