Penas que suman 148 años de prisión y multas por valor de 1.800 millones de euros. Esta es la condena que solicita la Fiscalía Antidroga de Pontevedra para los nueve procesados por los 3.600 kilos de cocaína intervenidos en el pesquero grovense Ratonero en 2012 cuando navegaba con el alijo desde Sudamérica a Vigo. El Ministerio público pide, además, el comiso del pesquero y también de la gran lanzadera que debía recoger la droga y fue varada por sus pilotos en la isla de Madeira tras conocer que el barco había sido apresado.

El fiscal antidroga, Luis Uriarte, imputa a todos los procesados por un delito de tráfico de drogas de notoria importancia y otro de pertenencia a organización delictiva. Solicita 16 años de prisión para los tripulantes del Ratonero y los tres pilotos de la planeadora. Una pena que eleva a 17 años para el patrón del pesquero, José Luis Devesa y a 19 años y medio de cárcel para el colombiano Anyer Eduardo Holguín, representante del cártel dueño de la droga que viajaba en el barco para controlar la entrega. Fija las multas para el patrón del pesquero y el colombiano en 300 millones de euros cada uno, mientras que pide 200 millones para cada uno de los tripulantes. La petición de la Fiscalía incluye, además, la petición de que ninguno de ellos pueda desempeñar cualquier actividad profesional o lúdica relacionada con la navegación durante un tiempo de 15 años posterior a las penas privativas de libertad. Pide que se aplique esta prohibición a José Luis Devesa, Álvaro Agustín Verdera Viera, Anyer Holguín, José Francisco Fernández Suárez, Albino González Pérez Jorge Cono Fernández Barral, José Manuel Cores Losada, José Antonio Búa Padín y Baltasar Vidal Durán.

Cores Losada y Búa Padín acompañaban al legendario Baltasar Vidal Saro en la lanzadera que debía recoger la droga del pesquero. El 21 de febrero de 2012 abandonaron la ría de Arousa en una embarcación semirrígida de 14 metros de eslora y provista de cuatro motores de 300 CV de potencia cada uno en busca del Ratonero. El transbordo de la droga iba a realizarse en alta mar por lo que el Ratonero llevaba combustible suficiente para que repostara la planeadora. Vieron que el Petrel del Servicio de Vigilancia Aduanera había apresado al pesquero y huyeron a toda velocidad, abandonando la lanzadera en la costa de Madeira.