Los vuelcos o robos entre narcos están a la orden del día, y eso es lo que los investigadores sostienen que iba a ocurrir en la gasolinera de Os Valos en Mos cuando dos guardias civiles de uniforme en un coche patrulla dieron el alto a un vehículo en el que se intervino medio kilo de cocaína. El agente de la benemérita enviado a prisión tras ser detenido con su compañero por la Policía Nacional el pasado mes de enero, era presuntamente el encargado de interceptar el alijo de medio kilo de cocaína que transportaban dos arousanos y entregárselo a Marino Giménez, del clan de los Morones e hijo del rey de los gitanos, según se desprende de la investigación.

La operación, coordinada por la magistrada de Instrucción 3 de Vigo, Marisol López, llevó a la detención de siete personas, de las que seis ingresaron en prisión. El único en libertad con cargos, pero sin medidas cautelares, es uno de los guardia civiles que cambió su horario con un compañero enfermo. Su defensa ha solicitado el archivo de la causa contra él, pero de momento sigue imputado.

Una vez levantado el secreto de sumario -motivo por el que los imputados encarcelados se acogieron a su derecho a no declarar en el juzgado aunque se declararon inocentes- las defensas han tenido acceso a la investigación, que incluye varios meses de grabaciones telefónicas y seguimientos por parte de los agentes de la unidad contra el crimen organizado, Udyco.

De las escuchas telefónicas se desprende que Marino Giménez fue quien presuntamente preparó la adquisición de la cocaína a un grupo de narcos de Arousa. Pero su intención no habría sido nunca pagarles, según los investigadores, sino conseguirla gratis. Ese era presuntamente el papel del agente: dar el alto al vehículo que transportaba la droga, intervenirla y pasársela al hijo del rey de los gitanos.