El ingeniero Javier Arrondo desmonta la teoría de la hipoxia de Llorente con un argumento de peso: el combustible. "Un vuelo entre Kuala Lumpur y Pekín tiene una duración aproximada de unas cuatro horas. Los técnicos evalúan las condiciones atmosféricas y redactan un plan de vuelo en el que aconsejan el combustible que hay que cargar, decisión que en última instancia toma el comandante en función de los últimos partes recibidos. En cualquier caso, para un vuelo de estas características, el comandante probablemente decidió cargar combustible para otras dos horas para prevenir posibles imponderables. Por eso, con carburante para unas seis horas, creo que lo están buscando demasiado lejos. No habría podido llegar hasta allí con ese combustible", advierte Arrondo, que revela que el modelo 777 de Boeing tiene una autonomía de vuelo de hasta 14.000 kilómetros y entre catorce y quince horas de autonomía de navegación. "Y Malaysia Airlines es una compañía muy solvente con más aviones en servicio que Iberia", recalca.