La Guardia Civil ha desarticulado una red especializada en robos a comercios que operaba por toda la geografía nacional y que se habría hecho con un botín de más de un millón de euros. En la denominada operación Farmatina, dirigida desde el juzgado de Valdepeñas en Ciudad Real, han sido detenidas 36 personas y otras diez fueron imputadas. En total, se les implica en 121 robos en farmacias, estancos y establecimientos comerciales ubicados en ocho comunidades. En Galicia se les atribuyen 24 robos, la mayoría en localidades de Lugo, como Quiroga, Taboadela, Meira, Foz, Cervo, O Barqueiro o Sober, pero también en la provincia de A Coruña (en Teo y O Pino) y en las poblaciones ourensanas de Boborás y Bande. A los detenidos se les imputan delitos de pertenencia a organización criminal, de robo con fuerza y de receptación.

La investigación de robos en pueblos de Ciudad Real puso a la Guardia Civil tras los pasos de una red estructurada jerárquicamente y liderada por una persona que dirigía tres grupos de acción. El primer grupo estaba formado por ocho jóvenes que fueron elegidos por el cabecilla por "su buena apariencia física" para cometer robos en estancos, hipermercados, tiendas de ropa, telefonía e informática, con el método del descuido. Usaban gorras y capuchas para ocultar el rostro a las cámaras de seguridad y vestían ropa de trabajo o deporte con bolsillos interiores para ocultar el material robado.

El segundo grupo, el más numeroso, estaba formado por células de cuatro o cinco delincuentes que se desplazaban a diferentes puntos de la geografía española en vehículos de gran cilindrada con doble fondo para robar en establecimientos durante la noche y vistiendo ropas oscuras con capuchas, pasamontañas y guantes. Contaban con apoyo para vigilancias y para elegir los objetivos.

El tercero grupo los constituyen cuatro personas, según la Guardia Civil, que eran las encargadas de recibir la mercancía robada, distribuirla en pisos de Fuenlabrada y venderla. En los registros, los agentes recuperaron mercancía valorada en un millón de euros. Entre los efectos se encuentran ordenadores, televisores, material audiovisual, ropas, perfumes, licores, teléfonos móviles, tabletas y calzado.