Los padres de Asunta litigaron por la custodia de la menor antes de que la sentencia de divorcio, finalmente de mutuo acuerdo, pusiese fin al matrimonio que Rosario Porto y Alfonso Basterra contrajeron en octubre de 1996, según desveló ayer el programa de Antena 3 Espejo Público, que también avanzó que en una inscripción en el registro previa a la boda se aseguraba que se casaban en régimen de separación de bienes. La resolución judicial que oficializaba la ruptura de la pareja se dictó solo siete meses antes del crimen, ocurrido en septiembre de 2013.

La sentencia del divorcio de Porto y Basterra, ambos en la actualidad en prisión provisional a la espera de juicio imputados por un presunto delito de asesinato, establecía que si bien la patria potestad de Asunta era compartida por ambos progenitores, la custodia se le concedió a Rosario, estableciéndose como domicilio de madre e hija el piso de la calle Doutor Teixeiro de Santiago de Compostela donde ambas vivían cuando sucedió el asesinato.

El régimen de visitas fijado en el fallo judicial a favor de Basterra era el de fines de semanas alternos. Sobre las vacaciones, las de Semana Santa se establecieron para ambos progenitores en años alternos y las de Navidad, divididas en dos mitades. En verano se fijaron las vacaciones de cada progenitor con la niña en julio y agosto por quincenas alternas no consecutivas, consta en el documento judicial.

La sentencia de divorcio evidencia los escasos medios económicos de los que disponía Alfonso, ya que la pensión alimenticia mensual que debía pasar a su hija era de 150 euros, una cifra por debajo de la media habitual. También debía costear la mitad de los gastos extraordinarios.