Un hombre de mediana edad y de nacionalidad alemana se suicidó hace una semana en la localidad mallorquina de Cala Rajada, después de conocer que iba a ser desahuciado porque no podía hacer frente al pago del alquiler de su casa. La víctima dejó una nota en la que pedía perdón por la deuda que mantenía con el arrendador. Además de problemas económicos, el fallecido sufría una depresión a consecuencia de la muerte de su esposa.