La Guardia Civil busca desde la madrugada de ayer al inquilino del tercer piso de la calle Castelao número 7, donde el martes apareció el cuerpo de un hombre troceado en un arcón congelador. La orden de búsqueda y captura será de carácter internacional en el momento en que se confirme la causa de la muerte a través de la autopsia.

El morador es un hombre de nacionalidad paraguaya conocido como Jose, y, pese a que en las últimas semanas se le vio poco en Ponteareas, residió en la vivienda hasta el viernes de la semana pasada, y lo hizo, al menos durante dos meses, con el cadáver de una persona dentro del congelador colocado en una de las habitaciones de la casa.

Ayer, a cierre de esta edición, el cuerpo del fallecido aún no había sido identificado ni se confirmó la causa de la muerte, una vez que está decretado el secreto de sumario por el Juzgado de Instrucción número dos de Ponteareas.

La Guardia Civil sospecha que que el cadáver pertenece a una persona de nacionalidad venezolana cuya desaparición fue denunciada por una de sus hermanas hace unos días.

De hecho, un vecino confirmó que dos chicas de nacionalidad venezolana buscaban en Ponteareas desde hace más de un mes a su hermano y habrían indicado que perdieron la pista del hombre cuando fue a encontrarse con el inquilino en ese piso de la Avda Castelao.

Las dos chicas consiguieron hablar con este morador en varias ocasiones y, en alguna de ellas, llegó a decirles que su hermano se encontraba bien y que no se preocuparan pero sospechaban que algo había pasado.

Con un muerto en casa

El inquilino vivió con el muerto en casa al menos durante dos meses, según se desprende de las manifestaciones realizadas por varias personas. Una de ellas indicó que el propietario de la vivienda llegó a visitar al inquilino para reclamar el pago de varias mensualidades y pudo comprobar la existencia de un congelador cerrado en una habitación de la casa, sin darle importancia.

La última conversación de esta persona con el arrendatario de su vivienda habría sido el pasado jueves en el propio piso, donde el inquilino autorizaría al propietario a entrar para enseñar el local a otros posibles ocupantes y el arrendador le habría solicitado el pago de los meses que le debía. Los acontecimientos a partir de ahí se sucedieron muy rápido. Las dos mujeres que buscaban al desparecido venezolano solicitaron la mediación del arrendador para saber si el desaparecido estaba dentro de casa, acudiendo al domicilio y comprobando que no estaba.

Tan solo el congelador cerrado, lo que, según un vecino, hizo que las jóvenes sollozaran al sospechar que la persona estaba dentro. Después se pusieron los hechos en conocimiento de la Guardia Civil y se solicitó una orden judicial para abrir el arcón, que no llegó hasta el martes. El propietario de la casa junto con efectivos de la Guardia Civil abrieron la cámara tras reventar un candado y se encontraron el cadáver congelado, con las piernas cortadas (troceado en tres partes, las dos piernas y el cuerpo) y la cabeza pegada literalmente a la tapa.

Tras llevarse las piernas en la noche del martes, ayer por la mañana el resto del cuerpo fue transportado al Hospital Nicolás Peña dentro del propio congelador para proceder a la descongelación y autopsia con todas las garantías. Mientras tanto la Guardia Civil siguió recogiendo pruebas en el piso y recabando datos en la zona.