Una sospechosa desaparición que, cuatro años después, se convierte en homicidio al hallarse restos óseos que podrían pertenecer a la víctima. El holandés afincado en la localidad ourensana de Petín probablemente fue asesinado, como temía su mujer. La investigación está en marcha. El rastro ilocalizable durante más de cuatro años desde la desaparición dejó de serlo el martes con el hallazgo de su vehículo en un pinar de A Veiga calcinado.

La Policía Judicial localizaba ayer por la tarde, en la misma zona, los posibles restos mortales de Martin Verfondern. Aunque la Guardia Civil no descartaba que el holandés hubiese sido enterrado en una zona distinta al lugar en el que se abandonó su vehículo, los agentes encontraron un cráneo y otros huesos en el mismo pinar conocido como Portela do Eixe, un monte de Valdeorras entre los municipios de A Veiga y Carballeda.