José Luis Gutiérrez Aranguren, el abogado de Rosario Porto, calcula que el juicio oral contra su defendida y su exmarido, Alfonso Basterra, por el supuesto asesinato de su hija adoptiva Asunta, podría celebrarse en torno a octubre o noviembre de este año e incluso se atreve a estimar su duración, "un mes", teniendo en cuenta que estarán presentes más de un centenar de testigos y peritos. De esa forma demostró lo convencido que estaba, incluso antes de que se celebrase ayer la vista preliminar donde las partes debían expresar su parecer sobre la pertinencia de la apertura de juicio oral, de que esa es la decisión "esperable" por parte del instructor del caso, José Antonio Vázquez Taín: "No espero otra cosa que la apertura del juicio oral".

Mientras lo previsible es que el instructor del caso le dé el visto bueno al procedimiento de juicio oral contra la expareja, estos se reencontraban ayer en el juzgado de Fontiñas en dicha vista preliminar y su actitud ratificó su divorcio judicial tras el escrito en el que Basterra desvía la atención en puntos conflictivos del caso hacia su exmujer. Así, los letrados señalaron que en el encuentro "no hubo ningún tipo de contacto personal" y sí se percibió "tensión".

Sus abogados, tanto Belén Hospido, la letrada de Basterra, como el propio Gutiérrez Aranguren, sí coincidieron al defender una vez más la inocencia de sus representados y pedir el sobreseimiento del caso y, por tanto, su libertad, según explicó el defensor de Porto. En cambio, las dos acusaciones, la del ministerio público y la popular ejercida por la Asociación Clara Campoamor, abogaron por la apertura del juicio. El destino del caso solo está pendiente de la decisión del juez que, según Gutiérrez Aranguren, tiene tres días para pensarlo.

Aparte del momento procesal, el último trámite antes del cierre de la instrucción, generó expectación el que suponía el primer cara a cara de los acusados tras más de nueve meses y medio sin encontrarse, y que se producía, además, pocos días después de que la defensa de Basterra presentase un escrito donde desvía la atención de su defendido en puntos conflictivos -como la gestión del Orfidal- hacia la madre de la menor hallada muerta en Teo el 21 de septiembre, escrito que, admitió Gutiérrez Aranguren, "no le hizo especial ilusión" a su defendida.

De hecho, uno de los dos letrados de la acusación popular, Ricardo Pérez, describió la actitud de Porto, que en esta ocasión se sentó en el banquillo de los acusados y no pudo actuar como coabogada, de "bastante más sumisa" y "más triste". Por el contrario, añadió que su exmarido mantuvo la "actitud de él de siempre", que definió como "desafiante". Entre ambos también percibió "tensión".

Según explicó el defensor de Rosario Porto, entre los dos procesados "no hubo ningún tipo de contacto personal", y aclaró que "no entraron juntos en la sala y cuando entró el señor Basterra ella ya estaba sentada, ya estaba constituido el tribunal, y por lo tanto cada uno se fue para su banquillo y cada uno se fue con su policía por su puerta".

La vista preliminar no deparó grandes sorpresas y discurrió, según Gutiérrez Aranguren, "como era de esperar". El letrado explicó que las acusaciones no pidieron la práctica de nuevas diligencias y que las solicitadas por las defensas fueron denegadas con un solo matiz. La Fiscalía mostró una "cuestión de apoyo" a la solicitud planteada por Gutiérrez Aranguren para poder acceder a las grabaciones de las cámaras del recorrido que realizó durante la tarde del 20 de septiembre su representada. "Se denegó en cuanto que no son diligencias imprescindibles para la apertura del juicio oral, pero sí se nos facilitó un informe de la Guardia Civil con las claves para poder visualizarlas", explicó.

Tras la vista de ayer, Vázquez Taín dispone de tres días, dijo, para emitir un auto decidiendo si abre o no juicio oral. "Lo esperable es que ese auto sea de apertura de juicio oral", subrayó. A partir de entonces, añadió, las partes tendrán "quince días" para personarse, formular alegaciones o pedir diligencias de prueba.