La Guardia Civil arrestó el domingo por la noche a dos hombres a los que se imputan sendos delitos de abuso sexual y detención ilegal en grado de tentativa a una niña de 10 años en Pontecesures. Horas antes la pequeña, natural de Valga, había denunciado que fue abordada en una céntrica calle de Pontecesures por dos individuos que, según su relato, la cogieron e intentaron tocarla. La niña les oyó decir que se la iban a llevar y comenzó a gritar y a pedir ayuda. Los vecinos salieron en su ayuda y los supuestos agresores huyeron, uno a pie y otro en bici. Poco después eran detenidos por estos hechos F.D.A., de 44 años y vecino de Pontecesures, y S.T.CH., de 54 y residente en Padrón. Ambos estuvieron detenidos en el calabozo de la Guardia Civil en Valga, y este martes, día 26, por la mañana han pasado a disposición judicial.

Los hechos tuvieron lugar en la tarde-noche del domingo. La pequeña aseguró haber sido abordada en la calle por dos varones. Según ella misma declaró habría sufrido "tocamientos", pero consiguió pedir ayuda y emprender la huida, entre gritos. La escena provocó un gran revuelo en la zona, los vecinos salieron a la calle y se vivieron momentos de tensión y confusión. Parece que uno de los implicados, el pontecesureño de 44 años, habría sido inmediatamente localizado y detenido por la Guardia Civil.

El otro ciudadano, el padronés de 54 años, decidió acudir a un bar próximo, donde pidió una cerveza en la barra. Al cabo de unos minutos llegaron al lugar la niña, su madre y algunos vecinos. La pequeña lo identificó como uno de los hombres que supuestamente la habían "asaltado" y a punto estuvo de producirse un altercado en el interior del establecimiento. En ese instante S.T.CH. habría decidido refugiarse en el cuarto de baño de dicha cafetería, del que salió cuando llegó la Guardia Civil y le pidió que se entregara.

Ahora es el Juzgado de Instrucción número 2 de Caldas el que debe tratar de esclarecer los hechos y tomar una decisión sobre los dos hombres detenidos. Pero lo cierto es que se trata de un asunto "muy complejo" en el que quedan muchas incógnitas por despejar, según reconocían ayer las fuerzas de seguridad.