El titular del Juzgado de Instrucción 3 de Cambados citó a declarar y mantuvo la orden de prisión para los nueve tripulantes venezolanos del velero Coral I interceptado en enero a 650 millas al oeste de Cabo Verde con 1.500 kilos de cocaína a bordo, droga que tenía como destino Galicia. Un total de 19 personas permanecen encarceladas como consecuencia de la operación Visillo, en la que cayó uno de los narcos históricos más buscados por la policía, el cambadés Rafael Bugallo Piñeiro, O Mulo, considerado el líder de esta peligrosa banda con ramificaciones criminales internacionales.

Los nueve tripulantes del velero de pabellón venezolano fueron ayer trasladados a los juzgados de Cambados para prestar declaración ante el juez, quien mantuvo la orden de prisión para todos ellos. La presencia de los imputados en el tribunal motivó un amplio despliegue policial. El capitán del Coral I asumió toda la responsabilidad sobre el transporte de la mercancía, mientras que los ocho marineros que le acompañaban optaron por no declarar. Finalizadas las comparecencias, los tres furgones de la Guardia Civil que transportaban a los tripulantes regresaron con ellos a A Lama a última hora de la mañana, sin que se produjeran significativos cambios con respecto a lo que manifestaron en el juzgado de Las Palmas el pasado 16 de enero.

Esta operación es una de las más importantes de los últimos meses, ya que permitió desarticular una presunta organización criminal que operaba a nivel internacional, pues entre los detenidos hay colombianos a quienes se vincula con bandas de narcotraficantes paramilitares de su país de origen, como la de los Ubareños. Así lo explicó en su día la policía, que destaca que entre los prisioneros se halla un "conocido traficante colombiano que residía en Madrid y que estaba en busca y captura por anteriores operaciones de tráfico internacional de cocaína", A.M.P, quien está considerado como el jefe de los sicarios del citado clan caribeño.

Además en Vilagarcía fueron arrestados otros dos colombianos que ya habían creado una oficina para dirigir estas operaciones de tráfico de estupefacientes a escala internacional.

En esta red cayó Rafael Bugallo, quien es uno de los históricos del narcotráfico, vinculado a Sito Miñanco y al clan de Los Charlines, y que estaba en busca y captura tras haberse fugado en un permiso penitenciario. O Mulo, de 58 años, se escondía en un zulo en su casa de Corvillón cuando fue arrestado.