La Policía Nacional alerta sobre una nueva y peligrosa estafa que utiliza el falso secuestro de menores para lograr dinero rápido. Ocurre desde hace quince días y los agentes han recibido ya más de una decena de denuncias sobre estas llamadas que atemorizan a los padres al oír frases como "tenemos a tu hijo".

Un engaño al que los investigadores del grupo de Secuestros y Extorsiones de la policía siguen la pista tras una primera denuncia hace unas semanas que, aunque parecía anecdótica, no ha sido la única. "Recibimos una o dos llamadas al día sobre este tema desde hace unas semanas", explicó ayer a Efe el inspector jefe Alberto Carba.

La víctima recibe una llamada en su móvil de un teléfono desconocido. A partir de ahí, la clave del "negocio" para estos delincuentes es que el padre o la madre entre en "modo pánico" tras decirle que tiene a su hijo retenido y que le va a hacer daño si no acude a un locutorio o hace una transferencia y paga cuanto antes. Piden entre 350 y 5.000 euros aunque no dudan en aceptar cantidades mucho más pequeñas, según explican fuentes policiales. Carba detalla que para que ese miedo se mantenga los secuestradores utilizan distintas artimañas. Lo fundamental es que el progenitor no cuelgue el móvil para tener controladas sus acciones mientras mantiene en vilo a la víctima con el audio grabado de una voz infantil llorando o diciendo "papá, me van a hacer daño".

Y para hacer más creíble que se trata de un secuestro real, emplean toda la información disponible que una persona cuelga de su vida privada en las redes sociales. El nombre del menor, su descripción, incluso a qué colegio va o dónde veranea la familia. "Se trata de la forma más básica de sacar dinero con la palabra secuestro", advierte el inspector jefe, que asegura que esta práctica delictiva ha estado a la orden del día en otros países como México hasta el punto de que los estafadores han dejado de usarla porque nadie se creía ya que era real.

Lo hizo un matrimonio en Galicia que recibió esta llamada hace unos días. Mientras la mujer tenía al teléfono al estafador, su marido llamó a la policía, que llegó a hablar con el falso secuestrador y desactivó su estrategia. En otra ocasión, relata el inspector, los agentes llegaron a tiempo de que los padres no pagaran el supuesto rescate al localizar al niño.