Los efectos del pasado temporal de nieve siguen dejándose notar en buen parte de España. La crecida del río Ebro pasó por Navarra provocando una inundación histórica en la madrugada de ayer, con unas 20.000 hectáreas afectadas y los vecinos del centro de Tudela desalojados en lanchas. A media mañana la riada se adentró en Aragón con gran caudal y mucha fuerza pero con una intensidad menor.

La Dirección General de Protección Civil mantiene la alerta por riesgo de desbordamiento de ríos, fuertes vientos, temporal marítimo y aludes. Un total de 18 provincias estaban ayer en alerta por nieve, deshielo, aludes, olas y viento de hasta 120 kilómetros por hora para el fin de semana.

La riada extraordinaria, según la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), ha sido fruto de las precipitaciones registradas desde el pasado miércoles, unidas a la fusión de la nieve, en el extremo más septentrional de la cuenca, y que ha sido intensa en los ríos navarros.

La punta de la crecida del Ebro pasó por Castejón y Tudela y llegó al mediodía con una intensidad "algo menor" de la esperada a Novillas (Zaragoza), el primer pueblo que se encuentra en su entrada en Aragón, donde el río llevaba un caudal de 2.400 metros por segundo y alcanzaba los siete metros. El agua entró en el casco urbano de Novillas, anegó unas 1.500 hectáreas y afectó a una veintena de casas.

Según los datos de la CHE, la punta de la riada del Ebro llegará a Zaragoza en la madrugada del domingo con un caudal de entre 2.000 y 2.200 metros cúbicos por segundo, que se mantendrá aproximadamente durante 48 horas.

Desde el Ayuntamiento de la capital aragonesa están convencidos de que la crecida puede ser perfectamente asumida en la ciudad, acostumbrada a resolver estas avenidas. A las cinco de la tarde de ayer, el Ebro en Zaragoza llevaba un caudal de 1.733 metros cúbicos y alcanzaba una altura de 4,71 metros. La situación en general en la ribera media del Ebro estaba calmada a primera hora de la noche, según fuentes del Gobierno de Aragón.

Desde el ejecutivo autonómico apuntaron que al margen del desalojo preventivo del miércoles de la residencia de ancianos del barrio rural de Monzalbarba, en Zaragoza, y de la urbanización Torre Urzáiz, en Movera, otro barrio rural de Zaragoza, ayer por la mañana, no está previsto evacuar a más vecinos en otras zonas afectadas por la crecida.