Un vecino de Guitiriz que invitó a comer a un sacerdote el sábado en su domicilio, fue detenido ayer por la Guardia Civil de Lugo acusado de intentar envenenar a su comensal. El Juzgado de Instrucción número 2 de Lugo ordenó ayer el arresto de J.J.B.L., de 43 años vía telemáticas y pasadas 20.45 horas era conducido a los calabozos del cuartel a la espera de pasar hoy mismo a disposición judicial.

Los hechos que desencadenaron su arresto se produjeron el sábado pasado. El detenido, que cumple una condena de trabajos a la comunidad, invitó a comer en su casa de Santa Locaia a Alfonso Blanco, sacerdote de varias parroquias del municipio y muy conocido en la provincia por su trabajo al frente de la Asociación Cultural Xermolos.

El cura se comió el caldo y al final de la comida se encontró indispuesto, pero tanto que se quedó totalmente traspuesto y al levantarse mareado se cayó al suelo y se hizo una brecha en la cabeza. Su anfitrión intentó despertarle pero, asustado, avisó a una ambulancia y el sacerdote fue trasladado al Hospital Provincial de Lugo.

Allí los médicos descubrieron que presentaba un elevado índice en sangre de ansiolíticos, alguien le había envenenado. El propio centro sanitario, como es habitual, denunció en el juzgado de guardia los hechos. El sacerdote, que sigue ingresado en el hospital, ya ha recuperado la consciencia y a tenor de su propia declaración se habría ordenado ayer la detención del hombre que le invitó a comer y que supuestamente le sedó. Se investiga qué perseguía el vecino de Guitiriz, con quien Alfonso Blanco se relaciona desde hace años. Una de las hipótesis es que tal vez pretendía dormirle para robarle, y que se le fue de las manos la cantidad de pastillas que le suministró.