La identificación completa de los restos humanos del Airbus A320 se demorará entre dos y cuatro meses, antes de lo cual no se difundirán los resultados. "No se comunicará ninguna identidad hasta que se tenga el resultado de todos los análisis", dijo ayer el coronel François Daoust, director del Instituto de Investigación Criminal de la Gendarmería francesa. Daoust subrayó además que los expertos no pueden garantizar que se vaya a identificar a las 150 víctimas.

La primera operación de recuperación de restos humanos terminará a finales de esta semana, agregó. Las dos semanas siguientes se dedicarán a la recogida de trozos de fuselaje, y las dos posteriores a rastrear de nuevo el lugar, de unas 2,5 hectáreas de extensión, para localizar nuevos restos. Las muestras humanas permanecen en el laboratorio montado en Seyne-les-Alpes, que envía al Instituto de Investigación solamente un pequeño extracto del que pueda sacarse el ADN.

Cuando los expertos del instituto disponen del resultado se lo comunican a sus compañeros sobre el terreno, para que procedan a juntar en un mismo saco los restos correspondientes a esa información. Hasta el momento, han podido analizar unas 400 muestras, con las que se han aislado 78 ADN distintos, precisó el coronel, quien subrayó que la identificación de cada víctima requiere de la comparación de esos datos con los de los familiares.

Siete días de intensas labores de búsqueda de la segunda caja negra no han dado por el momento resultado, aunque expertos consultados dudan de que los datos que revele cambien radicalmente el relato del suceso. "Poco va a aportar, la primera ya reveló lo esencial", señala el experto en accidentes Gérard Feldzer. Su opinión es corroborada por otros especialistas, aunque también hay quienes piensan que los parámetros de vuelo que registra son esenciales para confirmar lo que dice la grabación del vuelo.

Las condiciones en los Alpes franceses empeoraron ayer, por lo que solo se produjo un vuelo de reconocimiento. Los investigadores confían cada vez más en la pista que está construyendo la Gendarmería a marchas forzadas. La pista llega hasta un punto desde el que es preciso caminar 45 minutos hasta los restos.

Por otro lado, el piloto holandés Jan Cocheret alertó hace dos meses sobre el riesgo de que un copiloto de un avión se encerrara en la cabina y no permitiera el regreso del piloto tras haber salido al servicio, como sucedió en el vuelo 4U9525. El artículo se titulaba ¿Me puedes abrir la puerta?, y fue publicado en una revista holandesa especializada. "Gracias a las puertas blindadas extraseguras, ya no es muy difícil que un piloto impida a su compañero que acceda a la cabina. Solo tiene que esperar a que tenga que satisfacer sus necesidades para no volver a abrirle la puerta nunca", dijo Cocheret en su artículo. "Por desgracia, esta historia atroz se ha convertido en realidad", afirmó en la red social Facebook.