El hallazgo de la segunda caja negra del avión A320 de Germanwings estrellado con 150 personas a bordo supuso ayer un paso adelante "indispensable", según la Fiscalía de Marsella, en la investigación del siniestro.

El estado de esa segunda caja, según el fiscal Brice Robin, deja prever que se podrán analizar los 500 parámetros que contiene, entre ellos la velocidad del avión, su altitud y el modo en que se pilotó ese vuelo que debía cubrir la ruta Barcelona-Düsseldorf. En la rueda de prensa de la Fiscalía, la segunda desde el accidente, se concretó que la caja, ennegrecida por el fuego, fue encontrada por una integrante del pelotón de alta montaña de la Gendarmería Nacional en una zona ya explorada con anterioridad, y estaba "totalmente enterrada", lo que había dificultado su búsqueda.

La Oficina de Investigaciones y Análisis (BEA), que se encargará de examinarla, había facilitado a los equipos una caja negra de un accidente aéreo anterior para que pudieran reconocerla más fácilmente. La primera caja, que graba las conversaciones en cabina y fue encontrada el mismo día de la tragedia, permitió establecer que el copiloto aprovechó que el comandante se ausentó de la cabina y le cedió el mando para accionar de forma supuestamente deliberada el descenso. Lubitz, según añadió ayer el fiscal, evitó en los últimos minutos que se activara la alarma por exceso de velocidad, lo que apunta, en su opinión, que estaba "vivo y consciente" justo antes del choque contra la montaña.

Y los 2.800 fragmentos recuperados hasta la fecha en la zona del siniestro posibilitaron que se extrajeran 2.285 muestras de ADN e identificaran 150 perfiles genéticos distintos, cifra idéntica a la del número de fallecidos, pero que no equivale a la identificación de las víctimas. Poder poner nombre a los cuerpos, según se destacó, se necesitará la comparación del ADN recogido sobre el terreno con el facilitado por los padres e hijos, familiares de consanguinidad directa con los fallecidos. Las familias recibirán información puntual sobre estas identificaciones, según se comprometió ayer el fiscal, que agregó que entre los 470 enseres ya recuperados hay 40 teléfonos móviles, en un estado que no hace confiar en que vayan a poder ser analizados por los especialistas.