La Guardia Civil descarta que Bruno H. V., detenido por la desaparición de su inquilina en Majadahonda (Madrid), sea un asesino en serie y ciñe su investigación al caso de Adriana Giogiosa, de 55 años, cuya sangre fue encontrada en la trituradora de la casa, y la desaparición de su tía, propietaria de la vivienda y en paradero desconocido desde 2001.

La delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, dijo ayer que a Bruno H.V., de 32 años y nacionalidad española, solo se le imputa por ahora un delito de detención ilegal relacionado con la desaparición de Adriana Giogiosa Nasini. Su inquilina dejó de acudir al trabajo y comunicarse con su familia a principios de abril y el día 6 su hermano se trasladó a Madrid desde Argentina y puso la denuncia por su desaparición. El día 7 se detuvo a su casero, con el que los agentes entraron en la vivienda, al ver que incurría en contradicciones y no colaboraba en la investigación.

Al detenido no se le imputa, pero se estudia si está implicado, en la posible desaparición de su tía, que es la dueña del piso de Majadahonda y de la que no se sabe el paradero desde 2011, cuando según el detenido ingresó en una residencia. Por ahora no ha sido localizada. Sus cuentas reflejan sólo el ingreso de su pensión y el pago automático de recibos, sin otros movimientos.

Ella puso en venta la casa de Majadahonda hace 5 años, y en esa fecha cedió el usufructo a su sobrino, según un documento que ahora la Guardia Civil investiga si es real y legal.