¿Es posible elegir a un tribunal popular libre de prejuicios, que no esté contaminado, tras el bombardeo mediático al que se ha visto expuesto el caso Asunta? A escasas cinco semanas de que arranque el juicio que sentará en el banquillo a Rosario Porto y Alfonso Basterra como presuntos autores del asesinato de su hija de 12 años, el jurado, una institución que funciona en España desde 1995, vuelve a estar en el centro del debate. "Mi cliente ya fue crucificado por la opinión pública", expuso en su día el que fuera abogado de José Bretón, el padre que mató a sus dos niños en Córdoba, al iniciarse el juicio que finalizaría con el veredicto de culpabilidad emitido por el tribunal ciudadano. Y ahora es el letrado de la madre de Asunta, José Luis Gutiérrez Aranguren, el que expone sus temores a esta figura. "Va a ser imposible garantizar la imparcialidad del jurado", advirtió en varias ocasiones.

Ante la proximidad de la vista, jueces, abogados y fiscales consultados reflexionan sobre el jurado, los juicios mediáticos y el caso Asunta en particular. Imposible, coinciden, seleccionar un tribunal en el que ninguno de sus integrantes conozca del crimen. Muy complicado, apunta la mayoría, que lleguen "limpios" de prejuicios. Que no tengan una valoración formada. Que no sientan la presión social. Pero se decantan por depositar su confianza en los nueve ciudadanos que a partir del 23 de junio deberán decidir sobre un asesinato que conmocionó al país. El desafío que afrontan es el de tener la capacidad suficiente de huir de juicios paralelos y emitir su dictamen en base a lo único válido para la Justicia: los indicios y pruebas que se presenten en la sala de vistas.

"¿Los jueces no leemos la prensa?", contesta el magistrado Xermán Varela cuando se le pregunta sobre si la sobreexposición en los medios de comunicación del caso Asunta pondrá en riesgo la imparcialidad del jurado. Firme defensor de esta figura, no niega que "la influencia mediática y ambiental" es un "peligro". "Pero tanto en un jurado como en un juez profesional; confío en la responsabilidad de la ciudadanía, una cosa es valorar una noticia de prensa y otra las pruebas de un juicio", dice. Tener en cuenta en la deliberación sobre la culpabilidad o no de los acusados sólo lo visto en la vista oral es la clave que también apunta otro magistrado, Antonio Piña, para que sea un proceso con garantías.

Con una institución como la del jurado que está a punto de cumplir los 20 años, son muchos los abogados gallegos que han intervenido en procesos de este tipo. Fina Barros no duda de que el tribunal que juzgue a Porto y Basterra "intentará hacerlo bien". Pero al mismo tiempo advierte de que los jurados pueden ser "muy influenciables". "Funcionan más por sentimientos", opina. El letrado Felipe Prado ve difícil "garantizar la imparcialidad" en un proceso como el de Asunta en el que es imposible no tropezarse con noticias del caso. "Yo mismo como observador externo ya estoy plenamente contaminado", afirma.

Y Tomás Santodomingo también ve muy complicada esa imparcialidad. "Los jueces profesionales se preparan para juzgar a la gente, no son susceptibles de presión, no son tan permeables como una persona que sólo una vez en su vida va a ser jurado, y además en el 99% de los casos a disgusto", afirma el letrado, que advierte de que, aunque el veredicto versará sobre lo visto en el juicio, una persona "no puede desprogramarse como si fuera un ordenador". Más optimista es Carlos Borrás. "Lo ideal sería que nadie supiese del caso Asunta; eso no va a ser así, pero no creo que sea un hándicap; la mayoría de juicios con jurado son mediáticos y la experiencia demuestra que después esa influencia externa no tiene tanta trascendencia a la hora de juzgar", argumenta.

¿Soluciones? El teniente fiscal y portavoz de la Fiscalía Superior de Galicia, José Ramón Piñol, cree que habría "mecanismos" que serían idóneos en esa búsqueda de la imparcialidad. Uno de ellos es que los jurados, en vez de estar incomunicados sólo mientras deliberan el veredicto, lo estuviesen desde el inicio del juicio. Para que ya no tuviesen "contacto con el exterior". Y mira a EEUU para citar una previsión de su sistema judicial que ve acertada: trasladar el juicio de lugar para conformar un jurado de una zona alejada a donde fueron los hechos.