Los investigadores han hallado restos de ADN de la tía del conocido como casero de Majadahonda en la picadora industrial de carné que escondía en la vivienda, una máquina en el que también se había encontrado sangre de la inquilina argentina desaparecida, según fuentes de la investigación.

También hallaron restos orgánicos de Liria Hernández, propietaria del chalé de Majadahonda, en un serrucho que supuestamente habría utilizado su sobrino Bruno para descuartizar a ambas mujeres.

El Juzgado de Instrucción número 1 de Majadahonda, que instruye el caso, ha recibido un informe forense que confirma que se han encontrado estos restos orgánicos. El primer informe de criminalística ya descubrió pequeños restos de sangre que, cotejados con los de su hermano, resultaron ser de Adriana, la inquilina desaparecida desde finales de marzo.

El casero asesino, que sufre una esquizofrenia, declaró que había ingresado a su tía en una residencia, aunque no recordaba dónde. Los agentes investigan ahora el documento por el que la mujer cede supuestamente la propiedad del chalé a Bruno.