Julián Perancho, el avilesino de 83 años que fue picado por 700 abejas el pasado sábado, continúa su lenta recuperación en el Hospital Virgen de la Vega de Salamanca, donde ya ha abierto levemente los ojos tras reducirse la hinchazón causada por el veneno. A su familia le ha relatado cómo vivió ese terrible momento del ataque. "Vinieron de golpe, en enjambre, y me picaron", aseguró. "Me tiré al suelo y metí la cabeza entre la hierba, que estaba alta y fresca, para ver si las espantaba y se marchaban".

Aunque le están deshinchando la cara, la cabeza y las manos, que son las partes más afectadas por las picaduras, los médicos están preocupados por la insuficiencia renal que le ha sobrevenido tras el incidente, y por los efectos secundarios de los corticoides suministrados para combatir el veneno, que le han disparado el azúcar.