La Policía Nacional ha desarticulado en las provincias de A Coruña, Málaga y Guadalajara una organización criminal dedicada a la explotación sexual de jóvenes rumanas en clubes de alterne. Los miembros de la red propinaban a las mujeres "brutales" palizas para obligarlas a ejercer la prostitución. La investigación policial comenzó en octubre de 2014 con las declaraciones de algunas de las víctimas, que relataron cómo la encargada de vigilarlas utilizaba métodos coercitivos y las trasladaba de un sitio a otro en la provincia de A Coruña, lo que reportaba enormes beneficios que le permitían mantener su alto nivel de vida.

La organización captaba a las mujeres tanto en Rumanía como en España mediante el ofrecimiento de falsos trabajos en nuestro país. Con ello, lograban que las víctimas se trasladaban voluntariamente hasta la provincia de Málaga, donde residía el principal responsable del grupo.

Las primeras pesquisas realizadas llevaron a los agentes a determinar que el ciudadano rumano denunciado en un primer momento se trataba del jefe y, por lo tanto, quien decidía y daba las órdenes al resto de miembros de la organización.

La trama estaba perfectamente estructurada y jerarquizada, compuesta por ciudadanos rumanos "extremadamente violentos", tanto con las que ellos consideraban "sus chicas", como con otros miembros de bandas rivales.

Hospitalizadas por palizas

La violencia ejercida por los componentes de la organización era tal que, en ocasiones, las víctimas requirieron asistencia hospitalaria por diversas lesiones, siendo esta situación indiferente para los miembros de la organización, pues las obligaban igualmente a ejercer la prostitución tras salir del centro médico.

Para doblegar la voluntad de las mujeres, se valían de agresiones y de un estricto control de sus movimientos. También controlaban sus comunicaciones, estando obligadas a realizar llamadas de control todos los días en horas y minutos exactos, recibiendo continuas palizas si no lo hacían, lo que generaba en las víctimas un estado de dependencia psicológica y de indefensión "absolutas", evitando a su vez posibles denuncias y huidas.

Las investigaciones también permitieron determinar que el grupo investigado se dedicaba paralelamente al tráfico de sustancias estupefacientes, lo que los reportaba "importantes beneficios".