Agentes de la Policía Nacional han detenido en el pueblo abandonado de San Joy (Murcia) a un fugitivo acusado de abusar sexualmente de sus hijas durante ocho años. El arrestado, 42 años, llevaba en paradero desconocido casi dos, durante los que llegó a vivir en cuevas y a alimentarse de lo obtenido en la naturaleza.

Según informó ayer la Policía, estaba buscado por varios juzgados por delitos de abuso sexual, violencia de género y contra el patrimonio. Por estos motivos tenía en vigor una orden de ingreso en prisión, dos órdenes de detención, dos órdenes de alejamiento y una prohibición de salida del territorio nacional. La operación ha sido llevaba a cabo por agentes de la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría de Alcoy (Alicante).

Para evitar ser descubierto, el fugitivo utilizó nombres falsos e incluso llegó a cambiar su aspecto físico. Los investigadores creen que durante los dos últimos años vivió en diferentes lugares, siempre aislado en parajes naturales, viejas viviendas deshabitadas o cuevas.

Además, la policía sospecha que pudo obtener algún tipo de ingreso, aunque escaso, de realizar encargos relacionados con el ámbito rural, como pastoreo de ganado o agricultura, o trabajos de taxidermia, oficio que practicaba desde hacía años. De esa manera accedía a comprar ciertos alimentos, aunque también basaba su nutrición en lo que obtenía directamente de la naturaleza.

Varios meses de investigaciones condujeron a los agentes hasta San Joy, un pueblo de Murcia abandonado desde hace aproximadamente 50 años. Ahí vivía, en una casa derruida, el hombre buscado desde hacía meses. En el momento de la detención, el fugitivo mostró resistencia e intentó huir, aunque no lo logró gracias a la rápida actuación de los agentes.

Por otra parte, el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Murcia en funciones de guardia acordó el ingreso en prisión provisional y sin fianza para un hombre de 49 años detenido por la Policía Nacional como presunto responsable de abusos sexuales cometidos sobre varios menores de edad. Las víctimas son tres niñas y tres niños de entre 9 a 11 años y fue la madre de una de ellas niñas quien denunció los hechos al desaparecer su hija toda una noche.

El arrestado se ganaba la confianza de las víctimas con regalos y ofreciéndoles jugar con el ordenador para que acudieran a su domicilio, una vivienda abandonada de la capital murciana. En este lugar, caracterizado por una total insalubridad, los agentes hallaron un colchón, juguetes y dibujos infantiles.