Trágico accidente múltiple en la carretera que comunica Baiona y A Guarda, con el atropello de una decena de ciclistas aficionados de un grupo de unos veinte que circulaban por la calzada en dirección a la villa guardesa. Uno de ellos falleció en el lugar, José Antonio Casas Pérez, de 50 años y vecino de Nigrán, mientras que otros cinco están heridos graves. El conductor fue detenido como presunto autor de un delito de homicidio imprudente y otro de omisión del deber de socorro, aunque quedó en libertad y deberá comparecer ante el Juzgado de Tui cuando sea citado.

En la calzada quedó herido de suma gravedad, Jorge S, de 55 años y vecino de Toralla; y otros en estado grave como Fernando A. V., de 49 años, vecino de Vigo; Rubén F. V. de 41 años, también residente en esta ciudad. En el lugar del suceso pudo verse a otros heridos de diversa entidad como es Carlos V. O., de 40 años, de Vigo.

Fernando A. sufre lesiones medulares, tiene fracturados los brazos y un coágulo cerebral. Permanece sedado en el Hospital Álvaro Cunqueiro. En el mismo centro hospitalario permanece Jorge S., con fractura de siete costillas, piernas y brazos, además de un golpe en la cabeza. Otro ciclista sufre desplazamiento cerebral; un cuarto caso presenta aplastamiento de tórax y brazos. Está ingresado en Povisa Javier G., con fractura de brazo y pierna. Además hay otros con lesiones de menor entidad.

El siniestro acontecía sobre las 11.00 horas cuando un vehículo todo terreno conducido por un vecino de Nigrán de 87 años embistió primero al ciclista que iba a la cola del grupo, Fernando A., sin reducir su marcha y arrollando al resto de los que iban del lado de izquierdo de la calzada, en línea continua por esta zona de carretera que discurre en línea recta y tiene visibilidad.

El conductor paró el coche a 300 metros de distancia, sin apearse, para luego seguir la marcha, perdiéndose de vista, dejando atrás la matrícula de su coche tirada en la calzada y una escena dantesca, con un fallecido y heridos por el suelo, entre bicicletas hechas pedazos, cascos, guantes, gorros esparcidos por una amplia zona de la calzada.

"Desgraciadamente fui testigo de primera fila. El primer atropellado era el compañero que iba a mi lado, a la izquierda. El coche vino por atrás y no nos dimos ni cuenta. Pasó a mi lado, pasó por encima de todos, barrió a todo el grupo. Frenó en el cambio de rasante, a unos 300 metros, y luego desapareció", explicó el ciclista Luis Testera, de 53 años y vecino de Vigo.

"Fue una auténtica pesadilla. En una décima de segundo impactó el coche con todo el grupo, saltaron por el aire trozos de bicicleta y ciclistas por todos lados", describió Testera, para quien el suceso no tiene explicación pues "es una zona recta de carretera, hay total visibilidad y el cielo estaba azul", aunque reconoció que muchos vehículos no guardan el metro y medio de distancia de seguridad.