Un hombre invadió en la madrugada de ayer una fiesta de fin de año en la ciudad brasileña de Campinas, en el interior del estado de Sao Paulo, y mató a tiros a doce personas, entre ellas su exesposa y su hijo de nueve años, antes de suicidarse, informó la Policía. El homicida saltó el muro de una residencia antes de invadir el salón principal y comenzar a disparar indiscriminadamente con una pistola.

Además de las doce víctimas de la misma familia, el ataque dejó tres personas heridas. El agresor, de 40 años, que estaba en proceso legal de divorcio de su exmujer y que no aceptaba la separación, al final disparó contra su propia cabeza y junto a su cuerpo fue encontrado un cargador con munición extra para su pistola.

Del total de víctimas, once murieron en la residencia en la que se realizaba la fiesta y la otra en el hospital; nueve eran mujeres y dos hombres, además del menor de edad.