Los servicios sociales de la comunidad autónoma de Canarias asumieron el cuidado de tres niños de ocho, siete y un año localizados por la policía en un barrio de Telde (Gran Canaria), a los que sus padres no habían inscrito en el Registro Civil, ni vacunado, ni llevado al médico, ni escolarizado.

Los agentes descubrieron que la familia mantenía ocultos a estos hermanos en su domicilio, casi sin contacto con el exterior, y que la mayor, una niña, padecía una enfermedad que dificultaba su movilidad. La familia cambió de casa al advertir que estaba siendo vigilada por los Servicios Sociales, pero la policía supo su nuevo domicilio y comprobó que los niños no tenían seguimiento médico, vacunas ni formación educativa y que, cada vez que enfermaban, su madre les administraba medicamentos.