La grave agresión que sufrieron dos porteros de nacionalidad búlgara de un club de alterne de la avenida de Peinador de Mos la madrugada del 24 de diciembre de 2010 ya se encuentra por fin próxima a juicio cuando ya transcurrieron más de seis años desde entonces. A la espera de que se le ponga fecha a la vista oral, la Fiscalía ya ha formulado su escrito provisional de acusación, en el que demanda una pena de 13 años de cárcel para cada uno de los tres sindicalistas del naval de Vigo procesados por estos hechos. Los acusados son F.J.V.V., de 41 años y presunto autor material de las puñaladas y golpes que sufrieron las víctimas, una de las cuales arrastra severas secuelas, así como A.E.F.M., de 43 años, y J.A.F.V., de 38, que supuestamente "sujetaron" a los porteros mientras su compañero les agredía. El Ministerio Público acusa a los tres en concepto de presuntos autores de un delito de homicidio en grado de tentativa y otro de lesiones, estimando que concurre la circunstancia agravante de discriminación por motivos racistas.

Junto a la pena de cárcel, la acusación pública solicita que se imponga a los acusados la prohibición de acercarse a menos de 500 metros y comunicarse con ambos porteros. La medida de alejamiento instada incluye el local donde ocurrieron los hechos -el Hotel Club Peinador- y los posibles lugares de trabajo de las víctimas. En cuanto a la responsabilidad civil, la Fiscalía solicita cantidades que suman más de 122.000 euros: 40.000 para el herido que resultó más grave y 5.000 para el otro, así como 77.264 euros a la aseguradora que asumió los gastos de la asistencia médica.

Todo ocurría pasada la una de la madrugada del 24 de diciembre de 2010. A esa hora los tres acusados acudieron al club. La Fiscalía relata en su escrito que dada que la intención de todos ellos era acceder al local "sin abonar el precio de la entrada", mantuvieron una discusión con uno de los porteros. En ese momento, F.J.V.V., se dirigió al trabajador y supuestamente le dijo en tono amenazante que ellos "eran españoles" y que "no tenían que pagar a los extranjeros en España ninguna entrada".