Virginia Ferradás Varela, asesinada presuntamente por José Alén, su marido, había percibido cambios de conducta que la alertaron. La cima se produjo el 18 de enero cuando el esposo se encaramó al tejado de la vivienda y permaneció allí varias horas, hasta que unos familiares lo convencieron. Ese día fue atendido en las urgencias pero recibió el alta a las pocas horas. El presunto homicida padece una demencia de la que ya había sido diagnosticado inicialmente y el servicio de salud mental continuaba con el estudio para determinar si podían existir otras causas que explicaran su trastorno.