La Policía Nacional detuvo a dos mujeres y un hombre por supuestos delitos relacionados con la prostitución, contra el derecho de los trabajadores y coacciones y amenazas. Las investigaciones se iniciaron al detectar agentes de la comisaría de Santiago que varias mujeres de origen colombiano estaban "ejerciendo la prostitución en condiciones severas" en Noia.

De los servicios sexuales prestados por las tres jóvenes que convivían, el sistema de trabajo era siempre el mismo: el cliente llamaba a la proxeneta e, independientemente de la hora, el cliente se acercaba a la dirección indicada y las mujeres debían salir a recibirle para que escogiese con cuál se quería ir. Los servicios sexuales eran cobrados íntegramente por los proxenetas y, al día siguiente, le era entregada la mitad de la cantidad a la mujer.