Dos suicidios y un asesinato. Es la conclusión que arroja la investigación de la Guardia Civil en torno a la tragedia familiar ocurrida este domingo en A Estrada y que se saldó con la muerte de María José Iglesias Otero, de 55 años; su madre Amelia Otero Torres, de 92; y su marido Manuel López Carbón, de 55, en su casa de la parroquia de Callobre. El Instituto Armado da el caso por cerrado, descartando la implicación de más personas que las tres fallecidas.

Fuentes próximas a la investigación aseguran que es "imposible" verificar la secuencia exacta de los hechos, dado que ni siquiera las autopsias practicadas a los cuerpos en la mañana de ayer pueden determinar con tanta precisión la cronología de las muertes. En todo caso, la hipótesis que manejan los agentes es que, probablemente, María José Iglesias fuese la primera en suicidarse, ahorcándose en el galpón anexo al domicilio, situado en el número 18 del lugar de A Riba. Seguidamente, su marido habría matado a su suegra, disparándole con una escopeta. La tercera de las muertes sería la del propio López Carbón, que usó la misma arma para quitarse la vida. El cuerpo de la anciana apareció tendido detrás de la puerta de entrada de la vivienda, con la cabeza destrozada y al menos un disparo. El del varón, en las escaleras interiores de la casa, con varios impactos de escopeta, con el arma al lado y varios cartuchos esparcidos por el suelo.

Los motivos que llevaron a este trágico desenlace siguen siendo una incógnita. Las diligencias del caso corresponden al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de A Estrada, quien se encargará de realizar las investigaciones desde el punto de vista judicial, toda vez que por parte de la Guardia Civil las pesquisas se dieron ya por finalizadas.

Los investigadores descartan que se haya producido un caso de violencia de género pero, por los indicios recabados, creen que podría haberse dado una situación de violencia doméstica del varón hacia su suegra, de 92 años.

Los datos reunidos en la casa donde ocurrieron los hechos y el resultado de las autopsias practicadas a los cuerpos en Santiago de Compostela revelan que las tres muertes se produjeron en el mismo día, la jornada del domingo. Esto coincide con la versión de familiares y vecinos de los fallecidos, que hablaron con la propia María José Iglesias el sábado. De hecho, en esa jornada por la mañana una cuñada telefoneó a la víctima, con la que habló con total normalidad, sin que ésta le hiciese sospechar que existiese algún problema en el seno familiar. En esta línea, otros testigos aseguran que vieron a la mujer el sábado por la tarde en las inmediaciones de su domicilio.

Ningún vecino escuchó los disparos realizados en el interior de la vivienda ni ningún otro ruido que hiciese sospechar de lo sucedido. Fue el hijo del matrimonio, el joven Esteban López Iglesias, quien dio la voz de alarma a un familiar al no dar contactado con sus padres y con su abuela en todo el día. Entonces, una parienta se acercó al domicilio, vio la puerta abierta, pero no se atrevió a entrar. Se desplazó a una casa próxima para que la acompañasen y fue un vecino quien terminó accediendo y topándose con la escena.

Investigación en la casa

La investigación de este caso se reanudó en la mañana de ayer tras una intensa y larga jornada dominical que terminó con el levantamiento de los cadáveres a altas horas de la noche. Agentes de la Policía Judicial volvían a primera hora a la vivienda para realizar una inspección ocular en la misma y terminar de recabar las pruebas necesarias para completar la investigación del caso que, al final del día, la Guardia Civil dio por cerrado.

La vivienda fue precintada el domingo y así continuó ayer. Ya por la tarde se dio permiso para el traslado de los cuerpos al Tanatorio San Pelayo de la capital estradense.