Dos varones de apenas 20 años se encargaron el día de Navidad de espantar al hombre que, presuntamente, intentaba raptar a una mujer en el centro de Boiro. Aquel suceso precipitó la detención de José Enrique Abuín El Chicle y permitió recuperar los restos mortales de Diana Quer. Sin saberlo, esos jóvenes estaban contribuyendo a esclarecer la misteriosa desaparición de la madrileña, pero también, como dicen los vecinos, y como asumen ellos mismos, pueden haber evitado que El Chicle siguiera "llenando el pozo".

Tanto ellos como los vecinos consultados coinciden al señalar que si los dos varones no llegan a tiempo para frustrar el rapto el asaltante habría logrado su objetivo y la boirense "acabaría en el mismo pozo que Diana". Este periódico pudo hablar con esos hombres que socorrieron el día de Navidad a la boirense en apuros, cuando iban a ser las 22.00 horas y caminaban "de regreso a casa" por la calle Bao, "después de tomar algo". Esa calle "tiene unos ochenta metros de largo, y cuando empezamos a caminar por ella escuchamos fuertes gritos; venían de lejos, estaba oscuro y no había nadie en la calle ni vecinos en las ventanas", relata uno de los jóvenes.

A medida que avanzaban "los gritos eran más y más brutales". Al principio "no podíamos imaginarnos que estuviera pasando algo tan grave". Pero pronto pudieron entender la magnitud de los hechos. Cuando se disponían a doblar la esquina vieron una escena impactante: "Un hombre trataba de introducir a una chica en el maletero de su turismo; estaban forcejeando y ella no dejaba de gritar". Al verlos la víctima les pidió ayuda, aunque advirtiéndolos de que el presunto raptor tenía un cuchillo. En ese momento el asaltante soltó a la joven "y todos nos quedamos como petrificados; estábamos a apenas tres metros, y durante cuatro o cinco segundos nos miramos sin saber qué hacer o qué podía pasar". Lo que hizo El Chicle, fue cerrar el maletero y subirse al coche, emprendiendo la huida del lugar.

"Temíamos que sacara un arma, pero se fue, y en ese instante la chica nos pidió que cogiéramos la matrícula", relatan sus rescatadores. "Solo la cogimos parcialmente, pero ella ya la había memorizado, lo cual facilitó la identificación del autor", reconocen. Pese a haber salvado a la joven, reconocen estar todavía en "estado de shock".