Un policía nacional que en 2007 estaba en la oficina de denuncias de la Comisaría de Pontevedra, Lucas Rodríguez Pazos, fue ayer el único de los catorce acusados que se sentaban en el banquillo acusados de tráfico de drogas que negó los hechos. El resto, trece personas de varios grupos no relacionados entre sí que operaban en distintos puntos de la provincia, aceptaron reducidas penas que oscilan entre los tres meses y el año y medio de prisión.

El juicio continuará ahora únicamente contra el agente de policía y se prevé que la vista se fije para el mes de octubre. El de tráfico de drogas no es el único delito que le imputa la Fiscalía a este agente de policía hoy ya jubilado.

La Fiscalía también le atribuye un delito contra la administración pública de revelación de información reservada por los supuestos soplos de redadas que daba a responsables de clubes de alterne del área de Pontevedra.