El origen del voraz incendio que el miércoles se propagó a 600 toneladas de chatarra clasificada amontonada en el exterior de la nave de la empresa de gestión de residuos Alumisel en el polígono de A Granxa en O Porriño, todavía se desconoce si bien las altas temperaturas producidas por la ola de calor podrían haber influído en el origen y desarrollo del suceso, según informaba ayer el subdirector de la firma, Fernando Lodeiro. Durante treinta horas seguidas efectivos de extinción de incendios de casi toda la provincia de Pontevedra y Portugal participaron en las tareas de extinción y refresco de la zona. Tres bomberos resultaron heridos, uno con quemaduras en el hombro, y los otros con golpes de calor y contusiones dadas las elevadas temperaturas que se alcanzaron al arder los metales, según fuentes del parque de bomberos de O Porriño.

Las llamas no afectaron a las naves, por lo que ayer mismo se retomaba la actividad, mientras los servicios de extinción refrescaban las últimas fumarolas. Además, será la propia empresa quien se encargará ahora de reciclar la chatarra afectada, que es reutilizable.