El Tribunal Supremo ha confirmado la pena de 27 años y tres meses de prisión a Bruno Hernández Vega, el descuartizador de Majadahonda, por asesinar a su tía y a una inquilina, así como trocear y destruir sus cuerpos en una picadora industrial en el sótano de una vivienda suya de esta localidad madrileña.

La sala desestima el recurso del condenado, sentenciado por dos delitos de homicidio, estafa continuada, falsedad documental y tenencia ilícita de armas. La defensa pedía la eximente completa al manifestar que la esquizofrenia paranoide que padece el acusado anuló sus facultades mentales cuando mató a su tía Liria Hernández en 2010 y a su inquilina Adriana Beatriz en 2015.

El tribunal solo ve una "limitación leve de las facultades mentales del acusado" que "no permite concluir que la disminución de la culpabilidad llegue a determinar la apreciación de una eximente". Los magistrados admiten que padece una esquizofrenia, pero no aprecian que estuviese bajo los efectos de un delirio o brote.