El romántico viaje a la ciudad de los enamorados proyectado durante tanto tiempo se convirtió en tragedia para una joven pareja de Toledo. Laura Sanz Nombela, de 38 años y popular cajera de un supermercado, falleció en la explosión de gas de una panadería de París. Tenía tres hijos de 9, 4 y 3 años. Viajó con su marido a París para pasar el fin de semana y él fue la primera persona que pudo socorrerla en el hotel en el que se alojaban cuando fueron alcanzados por la onda expansiva. En el siniestro perecieron también dos bomberos y los servicios de emergencias rescataban ayer el cuerpo de una mujer entre los escombros. Además, unas 50 personas resultaron heridas, entre ellas dos españoles.

En Burguillos de Toledo, la localidad en la que residía Laura, las banderas ondean a media asta y se ha decretado para hoy un día de luto oficial. Mientras, la Embajada intenta agilizar la repatriación.

Abel Sanz, uno de los hermanos de la joven, ha declarado que la familia está a la espera de que les digan "algo", pues hasta el momento lo que le han dicho a su padre, que está desde ayer en París, es que el proceso "se puede demorar hasta diez días". Además se ha quejado de que sus padres están en el hospital donde falleció su hermana, "sin intérprete ni nada de nada".

Asegura que, desde que conocieron la noticia, están "presentes de cuerpo" pero no "de alma". Ha relatado que el viaje a París era una "ilusión" de su hermana.