Fiscalía, acusación particular y acusación popular han cerrado este lunes sus conclusiones del juicio por el asesinato de la niña Desirée Leal reclamando la prisión permanente revisable para su madre, única acusada del crimen, y pidiendo que el jurado actúe de forma "fría" con los datos, ya que "nadie tuvo compasión ni pena por Desirée esa noche".

Así ha cerrado su alegato final la fiscala del caso, que considera que, aunque la acusada presentaba algún tipo de trastorno psiquiátrico, era consciente de sus actos y actuó movida por "maldad pura y dura".

Además, al igual que la acusación particular y la popular, cree que la acusada asesinó a su hija ante el "odio" y la "obsesión" que sentía por su padre, su exmarido, y "antes de compartirla con la persona que más odia".

En relación a esta cuestión, el letrado de la acusación particular ha comparado ese caso con otros filicidios, como el cometido por José Bretón o el del padre de Ana y Olivia en Canarias. "Como hombre, pienso que si fuese yo el que estuviese ahí sentado, ya se me hubiese fusilado", ha dicho el letrado, "pero cuando es una madre, hay que buscar mil explicaciones".

Finalmente, el abogado de la defensa ha afirmado que de la prueba practicada se desprende que la mujer tenía sus facultades "anuladas o muy gravemente afectadas" durante los hechos y ha pedido que no se "ensañen" con ella. "Tiene una enfermedad muy grave, que la va a tener toda su vida, no tiene a su hija y ahora sabe que ella le causó la muerte", ha zanjado el letrado: "Este ya es un castigo suficiente".