¿Por qué se secan las puntas de tus plantas?

Existen varios motivos y estas son las formas de ponerle remedio

R. A. C.

Las plantas son uno de los elementos decorativos más recurridos en los hogares. Aportan mucha vitalidad a las estancias y recargan de energía los ambientes. El gran problema es que muchas de ellas requieren grandes cuidados y atenciones y si no se les dan, su tiempo de vida suele ser corto.

A la hora de decorar nuestra casa con plantas es importante conocer cuales son los cuidados que van a requerir así como las recomendaciones sobre donde es mejor que se situé o para qué es buena. Si vemos que nuestras plantas empiezan a tener un aspecto amarillento o tirando a marrón quiere decir que algo no va del todo y eso, tiene varias explicaciones.

Los motivos por los que tus plantas se pueden estar secando

1. Falta de agua: Si el sustrato de la planta está seco, duro y resquebrajado, riégala, pero con moderación, ya que la tierra seca necesita varios días para alcanzar el nivel óptimo de humedad que ayude al buen desarrollo de la planta.

2. Exceso de sol: hay plantas que no soportan la exposición directa a los rayos del sol, por eso es importante conocer las necesidades de cada una de ellas respecto a la cantidad de luz que requieren para poder ubicarla en el lugar más favorable de tu casa.

3. Exceso de agua: puede ser que la planta no absorba el agua debido a un mal drenaje de la tierra o la maceta, lo que provoca que no llegue de la manera correcta. Por eso hay que enriquecer el sustrato y darle una mayor densidad, incorporando turba y humus de lombriz, para darle sujeción, facilitar la hidratación y aportar más nutrientes.

4. Corrientes de aire: los cambios bruscos de temperatura o una corriente de aire seco también pueden provocar el deterioro de las hojas de la planta, especialmente en sus puntas. Por eso es recomendable proteger las plantas de exterior de las bajas temperaturas nocturnas, de las heladas y la nieve con un plástico o toldo. 

5. Sequedad ambiental: originada en muchos casos por el uso de la calefacción, la solución puede estar en cambiar la planta de ubicación, pulverizarla con agua a diario, y/o favorecer la humedad del entorno con un humidificador. Suele ocurrirles a plantas tropicales que necesitan un ambiente húmedo en todo momento. 

6. Enfermedades y plagas: hongos, bacterias, insectos o parásitos como los pulgones, la cochinilla, la filoxera, la mosca blanca o demás plagas pueden succionar la savia de la planta haciendo que esta se seque. Fumigar con un insecticida, un tratamiento fitosanitario o el control biológico con sus predadores son la solución.

7. Daño en las raíces: si tu planta ha crecido de manera evidente y no la has trasplantado a un recipiente mayor, quizá las raíces se hayan compactado o comprimido hasta tal punto que están atrofiadas y no funcionan bien. Cambia la planta a una maceta más grande, renueva el sustrato y, de paso, separa las raíces para darles un poco de aire. 

8. Nivel alto de sodio en el sustrato: este alto grado de salinidad en la tierra puede deshidratar la planta en su conjunto, especialmente en las zonas costeras. Contrarresta los efectos con productos específicos o aportando nuevo sustrato, materia orgánica y riego adecuado.