A punto de retirarse de escenarios, el músico del grupo argentino Les Luthiers Carlos Núñez asegura en una entrevista que ya no necesita el "masaje narcisista" del aplauso y la risa del público, que "pueden llegar a ser una droga como la morfina".

En el salón de su casa, Núñez reconoció que su retirada, que coincidirá con el 50 aniversario de Les Luthiers por "esa extraña fascinación que tienen los seres humanos por las cifras redondas", se debe a que sus casi 75 años le están "pasando factura" y no quiere "seguir trabajando hasta morirse".

El músico, nacido en Buenos Aires en 1942, cuenta que en la "pensada" decisión de dejar las actuaciones influyó la respuesta del miembro del grupo Daniel Rabinovich a un periodista, cuando afirmó, poco antes de su muerte, que no le importaba descansar poco porque ya tendría tiempo tras una retirada que finalmente nunca llegó."Se fue trabajando... para mucha gente una bendición, pero para mí no", explicó el compositor y pianista.

El adiós de Núñez llega acompañado de Memorias de un Luthier, un libro recién publicado "que se viene escribiendo desde hace mucho tiempo", en el que narra las anécdotas y la historia del grupo.