La reina Letizia no nació en palacio, pero practica costumbres vinculadas a la alta nobleza española. y en general europea, que siempre ha considerado un poco vulgar eso de celebrar los cumpleaños con velas y tarta. Lo que de verdad conmemoran las familias de toda la vida son las onomásticas. Por cierto, Santa Leticia, cuya cabeza acabó en el convento de Santa Clara de Bruselas, se conmemora el 13 de marzo.

Así que hoy, con sus 45 años, la esposa de Felipe VI no hará nada especial, si acaso recibir la cálida felicitación de su marido, hijas, y personas más cercanas.

La verdad es que es una suerte que la Reina, al igual que su suegro Juan Carlos y su propio marido, no sea adicta a esto de los cumples. Y es que ¿que se le regala a una reina cuando se recibe una invitación a la consabida fiesta? Este año, con todas las tensiones que rodean a España y a la corona, uno de los mejores regalos para la soberana consorte puede ser su consolidación como una auténtica royal. La visita oficial al Reino Unido, realizada el pasado mes de julio, dejó claro que la experiodista sabe estar entre lo más granado de la realeza europea, con la reina Isabel II a a cabeza. Letizia ha perdido definitivamemte el miedo -o más bien los reparos- a lucir las grandes joyas de los Borbones.

Por otro lado, la Reina no olvida su esencia de persona normal, que tanto le gusta al Rey. Siempre que puede se calza las deportivas y se pone unos tejanos. Lo hizo el pasado lunes para llevar al colegio a Leonor, princesa de Asturias y a la infanta Sofía. A sus 45 años tampoco renuncia a las noches de cine con su marido y a las cenas en lugares de moda, a veces en versión low cost, en ese Madrid que tanto le gustaba recorrer desde su primera juventud.

El anterior rey no era muy amigo de los festejos y el actual tampoco, aunque la proximidad de su 50º cumpleaños, el próximo 30 de enero, ya está generando algún movimiento como la puesta en circulación de monedas de dos euros con su efigie.

Cuando, en 2012, estrenó los 40, la entonces princesa protagonizó una sesión de fotos en la que también intervinieron el entonces príncipe y las niñas, Leonor y Sofía. Letizia escogió a la fotógrafa Cristina Garcia Rodero, una artista famosa por sus retratos costumbristas y por su visión de la España profunda, que, dando un giro de 180º a su estilo, realizó una sesión fotográfica más propia de la revista House and Gardens con la protagonista posando en una cama balinesa de jardín con sus hijas dormidas en su regazo. La fotógrafa, habitual del blanco y negro, seguramente presa del miedo escénico, se pasó con el colorido, los filtros y el glamour y optó por un estilismo muy similar al de las fotos familiares de Carolina de Mónaco descalza y con tejanos preparando espaguetis en su maravillosa cocina.

La exhibición de ese cumpleaños fue un ensayo que no acabó de salir bien y contribuyó, además, a aumentar la leyenda de las contradicciones de la actual reina que, por un lado, defiende con uñas y dientes su privacidad y, por otro, fomenta cierto culto a su persona. El otro día, por ejemplo, al acompañar a sus hijas al colegio en modo casi clandestino, se dificultaron las fotografías de las niñas pero Letizia cuidó su estilismo al máximo: zapatillas de deporte, tejanos, camisa y americana casual, ya que sabía que mal o bien acabarían haciéndole fotos, y cuidó al detalle su imagen de mamá moderna. Hubiera sido más normal, sin necesidad de un posado convencional, entrar andando al recinto del colegio y permitir las fotografías y todos tan contentos. Pensar que la Reina pueda aprovechar su 45º cumpleaños para reforzar la imagen de la corona no parece probable pero quizá sería necesario.

El año pasado, el cumpleaños de doña Letizia coincidió con su asistencia a un concierto en el Auditorio Nacional y la orquesta, en un descanso, le dedicó los sones del Cumpleaños feliz. Cuentan quienes estaban cerca que la homenajeada se sintió incómoda e hizo todo lo posible por acortar el momento. En eso se parece a su suegro, el rey Juan Carlos, que no soportaba que cada 5 de enero, el gran, por otra parte, Plácido Domingo le cantara el Cumpleaños feliz durante el tradicional Concierto de Reyes que se celebraba coincidiendo con el aniversario del monarca y la víspera de los Reyes Magos.