La actriz Alicia Vikander, ganadora de un Óscar como actriz de reparto y heredera de Angelina Jolie en el papel de Lara Croft, inauguró ayer la 65 edición del Festival de Cine de San Sebastián de la mano de Wim Wenders con Inmersión, una historia "romántica" e "intelectual" con el terrorismo de fondo.

Vikander, nacida en Suecia hace 28 años, se pone en la piel de una biomatemática que explora la vida en el mundo submarino más remoto, un papel que preparó a conciencia embarcando en misiones con científicas de verdad. "El mayor reto de la película era entrar en la cabeza de una científica. Esos días en el barco, las oía hablar con una enorme naturalidad de cosas de las que yo solo entendía un 5%", confesó la actriz, a pesar de que las matemáticas, según desveló, eran una de sus asignaturas favoritas en el colegio.

La película, una coproducción germanofrancoespañola basada en una novela de J. M. Ledgard, arranca con el encuentro en un hotel entre James (James McAvoy), agente secreto británico a punto de embarcarse en una peligrosa misión a Somalia, y Danielle (Vikander), que se prepara para una importante inmersión en Groenlandia. Vikander aseguró que, además de la potente historia, una trama "romántica salpicada de cosas oscuras", el principal motivo para implicarse en la película fue su director.

"Mi madre era actriz y gracias a ella tuve la suerte de adentrarme en el mundo del cine muy joven", relató la intérprete.