Detroit, la amada ciudad de Aretha Franklin, dio ayer su adiós definitivo a la legendaria cantante estadounidense con un funeral grandioso en el que se dieron cita grandes figuras de la política y de la canción. La reina del soul murió a los 76 años el 16 de agosto como consecuencia de un cáncer.

El expresidente Bill Clinton y el cantante Smokey Robinson, entre otros, hablaron en el Templo Greater Grace, donde tuvieron lugar las exequias. El evento duró unas seis horas y fue sobre todo un gran tributo musical, que contó entre otros con Stevie Wonder, Ariana Grande y Jennifer Hudson, que encarnó a la diva en la gran pantalla.

Inicialmente reservado para familiares y amigos, el funeral recibió a un millar de admiradores de la cantante.

Tan pronto como se conoció esta noticia el jueves, se formaron largas colas. A primera hora de ayer, bajo un sol abrasador, los fans con camisetas que lucían el rostro de Aretha Franklin o ataviados con extravagantes y coloridos trajes seguían esperando.

"Es mi ídola, me encanta, adoro su música", exclamaba Ugochi Queen, de 46 años, procedente de Indiana. "Ella es la reina de nuestra ciudad", afirmó por su parte la enfermera Pat Bills.