Dos helicópteros blancos con un rótulo del ejército de España aterrizaron ayer en el prado de un asilo de Cangas de Onís. En el primero, iba el rey Felipe y la infanta Sofía; en el segundo, la reina Letizia y la princesa Leonor. Los cuatro descendieron y se acercaron caminando hasta la puerta, donde saludaron a todos los que se agolpaban en las ventanas, acompañados de una cohorte de protocolo, seguridad y asistentes. Letizia y sus hijas entraron al recibidor de la residencia, donde aprovecharon para cambiarse de ropa , mientras el Rey, que mantuvo su traje, charlaba con las trabajadoras del asilo.